¿Te gustaría aumentar la productividad en tu trabajo o conseguir que las personas estén más agusto en su puesto o delante del ordenador? entonces este post te interesa… La evolución del estado de bienestar no se limita al ámbito doméstico. Cada vez más y más lugares de trabajo están adaptándose al concepto de oficina saludable. Por eso, hoy quiero hablarte de esto que me parece fundamental para cualquier empresa, startup o proyecto empresarial.

¿Es la primera vez que lo escuchas y no sabes bien en qué consiste? Muy sencillo: una oficina saludable es aquella que está preparada para minimizar, o incluso eliminar, los factores de riesgo que afectan a los empleados.

Es lógico pensar que aquellos trabajadores que desempeñen sus funciones en un lugar que favorece su seguridad y comodidad se sentirán más motivados. La motivación es el motor de la actitud y esta es la gasolina del rendimiento.

De esta forma, podemos afirmar que las oficinas saludables benefician al trabajador y añaden un efecto colateral importantísimo para la empresa que las promueve. Es por esto que el diseño de oficinas para aumentar la productividad se ha convertido en una especialidad del interiorismo muy demandada en los últimos tiempos.

Te contamos en qué consiste.

Mobiliario ergonómico

El mobiliario es un asunto tan importante que hemos decidido tratar el tema en el primer punto.

Cuando trabajamos, estamos rodeados de muebles que nos asisten en nuestras tareas de una manera u otra, influyendo irremediablemente en nuestro bienestar y, por tanto, también en el rendimiento que tenemos.

La ergonomía es el estudio del trabajo teniendo en cuenta el entorno en el que se realiza y las personas que lo llevan a cabo. Todos los útiles de los que nos servimos para ejecutar los cometidos laborales deben ser ergonómicos con el fin de cuidar nuestra salud vigilando nuestra postura. Empezando por un escritorio para ordenador apropiado, pasando por sillas, reposapiés o cualquier mueble o herramienta de trabajo, debe permitir que quien los use no sufra lesiones por esfuerzo repetitivo.

Los muebles ergonómicos evitan dolores y otros problemas serios de salud a los empleados. La creación de piezas de mobiliario responsables con la salud, se ha visto impulsada por avances en los campos de la tecnología, la medicina y la fisioterapia y, debido a ello, actualmente el sector del mueble de oficina ha sufrido una verdadera revolución. Las últimas novedades se hacen patentes en los catálogos de las firmas más importantes, ¡no los pierdas de vista!

 

Oficinas que optimizan la salud

La tendencia comenzó a dibujarse cuando las grandes compañías estadounidenses se dieron cuenta de un pequeño detalle: estaban esforzándose en que los edificios de sus sedes corporativas fuesen respetuosos con el medio ambiente, autosuficientes y sostenibles. Aunque estos son unos valores formidables para asociar a una marca, no estaban poniendo el foco en algo de suma importancia: las personas que trabajaban en esos lugares.

Y fue así como poco a poco fue naciendo la necesidad de centrarse en la salud y ergonomía de los empleados. Ha quedado repetidamente demostrado que su bienestar físico y emocional redunda en un mejor desempeño laboral.

Varios son los factores que pueden hacer de un espacio un sitio idóneo para trabajar. Te presentamos algunos de los más importantes para que los tengas en consideración a la hora de proyectar tu propia oficina saludable:

Calidad del aire

¿Qué puede haber más importante que el oxígeno que respiramos?

Damos por hecho que siempre está ahí, pero lo cierto es que el aire contiene varios componentes, algunos de los cuales pueden ser perjudiciales a largo plazo para la persona que respira.

El aire de las urbes está contaminado, es un hecho. Así que es importante que los espacios de trabajo cuenten con un sistema de filtrado adecuado para garantizar una buena atmósfera interior.

Un pequeño consejo: si dudas entre poner plantas o no, ¡hazlo! Sirven para limpiar el aire al mismo tiempo que evocan una conexión con la naturaleza que es difícil de conseguir en un ambiente tan artificial y viciado como el de una oficina. Ellas aportarán frescor y sosiego mejorando la calidad del aire.

Iluminación

En un mundo ideal todos trabajaríamos siempre con luz natural. Pero, siendo un poco más realistas, sabemos que en muchos entornos de trabajo esto no es posible. Si cuentas con ventanas, no lo dudes, organiza el espacio para que los puestos estén orientados a la luz que entra por ellas.

En el caso de que esto no sea una opción, procura que la iluminación sea la más inocua para los ojos de personas que con toda probabilidad pasarán horas interminables frente a pantallas de ordenadores y otros dispositivos electrónicos.

Tanto el exceso como la carencia son negativas, así que se trata de encontrar el punto medio adecuado para las circunstancias específicas. Se ha demostrado que la iluminación circadiana, aquella cuya intensidad evoluciona a lo largo de la jornada tal y como lo hace la claridad natural del sol, incide en el confort ocular, en el estado mental y en la calidad del sueño de las personas.

Espacios abiertos

Adiós a los despachos a puerta cerrada de los jefes, a las habitaciones abarrotadas de administrativos y, por supuesto, a los diminutos cubículos de operarios. El ser humano es un ser social, ávido de contacto con sus semejantes. Nadie quiere trabajar largas horas encerrado, o privado de campo de visión. Si pudiéramos elegir, todos preferiríamos un área abierta y funcional donde sea sencillo algo tan primordial y tan imprescindible como comunicarse.

Los espacios abiertos propician que las relaciones fluyan de forma positiva y que los mensajes lleguen a sus destinatarios sin necesidad de enviar e-mails a alguien que se encuentra a dos metros de distancia. Hablar cara a cara todavía es necesario en la era de la hiperconectividad digital.

La ausencia de puertas predispone las bases de una organización de estructura horizontal. Un sistema en el que la alta dirección está directamente en contacto con los trabajadores de primera línea es un sistema de respuesta rápida y eficaz.

Zona de desconexión

Hasta hace muy poco, la gran desconocida. Al menos, en España. Y es que, salvo la zona de comedor, no es nada habitual que las compañías cuenten con un área pensada para que sus trabajadores puedan disfrutar de unos momentos de relax en su tiempo de descanso.

Leer, escuchar música, tomar una pequeña siesta o tranquilizarse de cualquier forma son los propósitos de las zonas de desconexión. Algunas empresas han ido más allá y han integrado el esparcimiento y el reposo en una sala repleta de todo tipo de entretenimientos disponibles para todo aquel que necesite tomarse un respiro del trabajo.

Desde videojuegos, futbolines, mesa de pimpón, mullidos sofás que invitan a una cabezada, jardín, comida sana y nutritiva a disposición… todo es posible. Teniendo en cuenta que en el trabajo pasamos unos 12 años completos de nuestra vida, si lo pensamos bien, no es nada extraño contar con un lugar como este en la oficina.

Debemos considerar seriamente la idea de que la capacidad intelectual no es algo estático. Varía con las condiciones del entorno y puede verse muy afectada dependiendo de lo adverso o benévolo que este sea. Es fácil: a mejor entorno de trabajo mayor rendimiento del personal.

En definitiva, el diseño de oficinas para aumentar la productividad reporta beneficios tangibles a los negocios. El ausentismo y las bajas laborales disminuyen mientras aumenta significativamente el éxito y la satisfacción.

Y tú, ¿trabajas en una oficina saludable? Y si lo haces desde casa